Recuperar ecosistemas es una tarea difícil pero no imposible. Aquí te mostramos los primeros 5 pasos para arrancar con un proceso de restauración de hábitats para fauna silvestre.
1. Eliminar tensionantes
Analisa cuales son los factores que están generando efectos negativos sobre el ecosistema que se desea recuperar. Estos tensionantes pueden ser: actividad humana, ruidos, contaminantes ambientales en especial los contaminantes de cuerpos de agua, especies invasoras, o actividad humana.
2. Disponibilidad de recursos
Se debe suministrar todos los recursos necesarios y suficientes para la supervivencia de las especies que se vayan a introducir. Para poder saber que recursos son necesarios es importante conocer a fondo la ecología y biología de dichas especies. Dentro de los recursos básicos para la fauna silvestre serían alimento, refugio, reducir la competencia, generar y facilitar la búsqueda de pareja, etc.
3. Vegetación
La vegetación es la base de toda cadena trófica, por tanto es importante hacer una restauración vegetativa a fondo priorizando las especies nativas.
4. Selección de especies
La selección de especies se debe hacer en base al papel ecológico que estas especies puedan tener en el hábitat restaurado. Al igual que la restauración vegetal se debe priorizar y repoblar con especies nativas.
5. Integralidad
Un programa de restauración debe contar con los permisos ambientales, planes de manejo de las zonas restauradas, programas de educación ambiental para la protección de las nuevas zonas recuperadas, etc.
6. Variabilidad genética.
La falta de variabilidad de genética se debe a la fragmentación del hábitat, para evitar la endogamia, se pueden establecer corredores biológicos, y reubicación de especies para así garantizar un «enriquecimiento genético» dentro de las poblaciones de animales.
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